jueves, 31 de octubre de 2013

MALONE


¿Es decir que está más claro acá ahora que sé lo que pasa? Bueno, debo decir que no, es el mismo gris que antes, que por momentos brilla literalmente, después se enturbia y se debilita, se espesa si se prefiere, al punto de ocultar todo a mis miradas salvo la ventana que parece ser de algún modo mi ombligo y de la que me digo que el día en que ella también se eclipse sabré más o menos a qué atenerme.

Malone muere, Samuel Beckett

sábado, 12 de octubre de 2013

Las ventanas de Baudelaire


El que mira desde afuera a través de una ventana abierta no ve nunca tantas cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso y más deslumbrante que una ventana iluminada con una vela. Lo que se puede ver bajo el sol es siempre menos interesante que lo que pasa atrás de un vidrio. En ese agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida, sufre la vida.
Más allá de las olas de los techos veo a una mujer madura, arrugada ya, pobre, siempre inclinada sobre algo y que no sale nunca. Con su cara, con su ropa, con su gesto, con casi nada, rehíce la historia de esa mujer o más bien su leyenda, y a veces me la cuento a mí mismo llorando.
Si hubiera sido un pobre viejo, habría rehecho la suya con la misma facilidad.
Y me voy a acostar, orgulloso de haber vivido y sufrido en otros y no en mí.
Quizá ustedes me digan: “¿Estás seguro de que esa leyenda es la verdadera?” ¿Qué importa cuál puede ser la realidad que está fuera de mí, si ella me ayuda a vivir, a sentir que soy y lo que soy.

Charles Baudelaire
Poemas en prosa